Periodo Post-Independencia – Medalla de los Obreros de la Caridad

El 18 de mayo de 1875, un devastador terremoto sacudió la ciudad de Cúcuta y las poblaciones vecinas en la frontera colombo-venezolana. Conocido como el terremoto de la cordillera, fue uno de los más mortales registrados en el siglo XIX, con estimaciones que superan las 2.500 personas fallecidas y varios millares de heridos y desplazados en ciudades como San Cristóbal, Capacho, Rubio, Michelena, La Grita, entre muchas otras.

Conmovido por la magnitud de la tragedia, el país entero se movilizó para prestar ayuda. Sin embargo, las tradicionales recolectas y colaboraciones privadas a través de la feligresía no fueron suficientes, pues la emergencia demandaba acciones más amplias que canalizaran la creciente necesidad de solidaridad nacional. Así, y por primera vez, se organizó un gran concierto de caridad destinado a recaudar fondos para las comunidades afectadas.

La gran cita tuvo lugar el 18 de julio en el antiguo Teatro Caracas, en una velada de tres actos donde lo más virtuoso de la sociedad musical nacional y cartel predominantemente femenino ofreció un espectáculo inédito. El editorial del periódico La Opinión Nacional del día siguiente lo describió con admiración:

El espectáculo al que anoche hemos asistido tiene la grandeza de lo imprevisto y la sublimidad de lo que es único. Es un acontecimiento que marcará época, un suceso que hace honor a esta sociedad, que hace honor a Venezuela, que aumenta los timbres de sus sublimes virtudes. Casi nos atrevemos a decir que es el primero que registra la América española.

Sin duda, fue el acontecimiento cultural más relevante de la época. Tal fue su impacto que el presidente Antonio Guzmán Blanco ordenó, al término de la velada, la construcción de un nuevo teatro —el actual Teatro Municipal de Caracas— y dispuso que todas las artistas participantes fueran reconocidas con una medalla de oro

El 6 de Septiembre a través del decreto 1963 se la concedió “a las señoras y señoritas y demás personas tomaron parte en el Concierto de que tuvo efecto en esta capital del 18 de junio último así como los individuos a cuyos esfuerzos se dé la mayor solemnidad de aquel tributo beneficencia”

Esta medalla resulta un interesante hito en la falerística nacional pues por un lado propone un reconocimiento explícito al aporte femenino, hecho inédito hasta ese momento, al igual que exaltación de un acontecimiento de índole cultural.

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