La caída de Raimundo Andueza Palacios en 1892 marcó uno de los episodios más turbulentos del fin del siglo XIX venezolano. Durante su mandato (1890–1892), Andueza intentó prolongar su permanencia en el poder mediante una reforma constitucional que permitiera la reelección inmediata, lo que fue percibido por amplios sectores políticos y militares como una amenaza al orden institucional. Este intento de perpetuarse en la presidencia —conocido popularmente como el “continuismo”— generó el rechazo de gran parte de la élite liberal, de los caudillos regionales y del ejército, que consideraban la maniobra una traición al espíritu de las leyes emanadas de la Revolución Federal. La tensión política derivó rápidamente en un conflicto armado de alcance nacional.
Frente a este escenario, el general Joaquín Crespo, antiguo aliado de Andueza y figura clave del liberalismo, encabezó en 1892 la llamada Revolución Legalista, cuyo nombre aludía a la defensa de la legalidad constitucional y a la oposición a la reforma continuista. El movimiento, que se extendió desde los llanos hasta Caracas, reunió a numerosos jefes regionales y obtuvo el respaldo de amplias capas populares, cansadas del autoritarismo y la corrupción administrativa. Tras meses de combates, Crespo logró entrar triunfante en la capital en octubre de 1892, derrocando a Andueza y restaurando la vigencia de la Constitución de 1864. Con ello, se inauguró su segundo mandato presidencial y se consolidó momentáneamente el predominio del liberalismo amarillo, aunque el país seguiría inmerso en una larga tradición de inestabilidad y personalismo político.
Habiendo decretado Crespo en febrero de 1893 una medalla para los participantes en la Batalla de Jobo Mocho, el 26 de junio, mediante el decreto N.º 5589 la Asamblea Nacional Constituyente acordó complementar aquella premiación, extendiéndola la suya no solo a los protagonistas directos de la Revolución Legalista, sino también a los jefes, oficiales y soldados del Ejército Nacional que, sin haber estado necesariamente bajo las órdenes de Crespo, optaron por defender la Constitución y desconocer las pretensiones continuistas de Raimundo Andueza Palacios.

La medalla tiene forma circular, de tres centímetros de diámetro, llevando en el anverso, rodeando el Escudo de Armas de Venezuela, la inscripción: “Acuerdo de la Asamblea Nacional — 1893,” y en el reverso, entre ramos de laurel, la leyenda: “La Patria agradecida a sus defensores.” y se concedió en cuatro clases: de oro para los generales; de plata para coroneles y comandantes; de níquel para capitanes, tenientes y subtenientes; y de bronce para sargentos, cabos y soldados. Se suspendía de una cinta con los tres colores de la bandera nacional, simbolizando la gratitud de la República hacia quienes contribuyeron al triunfo del movimiento que restituyó la legalidad constitucional.
Texto del Decreto
5589
LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
Acuerda:
Artículo 1º.- Se crea una medalla especial, que se denominará «Medalla de la Gratitud Nacional, para condecorar a los Jefes, Oficiales y Soldados del Ejército Nacional que combatió y derrocó a los usurpadores del Poder Público.
Artículo 2º.- Esta medalla tendrá forma circular de tres centímetros de diámetro, y llevará en el anverso rodeando el Escudo de Armas de Venezuela la siguiente inscripción: “Acuerdo de la Asamblea Nacional — 1893,» y en el reverso entre ramos de laurel, esta otra: «La Patria agradecida a sus defensores.»
Artículo 3º.- Esta medalla será de oro para los Generales; de plata para los Coroneles y Comandantes; de níquel para los Capitanes, Tenientes y Subtenientes; y de bronce para los Sargentos, Cabos y Soldados; y se usará del lado izquierdo del pecho, pendiente de una cinta con los tres colores de la bandera nacional.
Artículo 4º.- El Ejecutivo Nacional por el órgano del Ministerio de Guerra y Marina reglamentará este Acuerdo.
Dado en el Salón de sus sesiones en Caracas, a 19 de junio de 1893. – Año 83° de la Independencia y 35° de la Federación.
El Presidente de la Asamblea, Feliciano Acevedo
El Diputado Secretario, Francisco Tosta García